Nombre de casa en placa de cerámica

En las dos últimas semanas he estado trabajando arduamente en la fabricación de una placa de cerámica con el nombre para una casa.
Los propietarios de la casa me dijeron cuál querían que fuera el nombre, pero me dieron libertad creativa absoluta (nos conocemos MUY bien), así que todos sabíamos que el resultado sería satisfactorio.

placa ceramica decorada esmaltada

Lo primero fue decidir el tamaño de la placa (según el espacio en el que iba a ubicarse), así como el hecho de que por el tamaño de mi horno habría que hacer la placa dividida en distintas secciones.

Hice un par de bocetos en el iPad, desde el principio teniendo claro que me apetecía una inspiración floral y letras de tipo medieval-rústico. Después de validarlos con los dueños, a continuación pasé el diseño final a unos cartones con los tamaños que tendrían que tener las planchas definitivas.

A partir de ahí, ya era cuestión de comenzar a trabajar el barro. Elegí pasta cerámica blanca, y la trabajé en un punto no demasiado blando (si contiene mucha agua al secarse se contrae mucho, incluso se curva bastante, de modo que tuve que ponerle peso encima los primeros días para que se mantuviese completamente horizontal). Una ves hecha la plancha principal, le añadí un marco, luego recorté las letras y las superpuse en su lugar, y ahí ya el trabajo de modelado estaba acabado (hubo una modificación en el nombre, que inicialmente iba a ser en catalán pero al final se decidió hacerlo en castellano). 

Estuvo secando durante bastantes días (más de una semana), de hecho cuanto más despacio seca es mejor, ya que la materia prima sufre menos y hay menos riesgos de grietas y deformaciones.
En estos momentos (todavía en plena pandemia de Covid19, y en plena tercera ola) no podía ir a la tienda donde me suministro habitualmente de material para la cerámica, así que era cuestión de apañarse con lo que ya tenía en el taller. Hice algunas mezclas de engobes (colores que se aplican para dar color mayoritariamente debajo del esmalte), y los apliqué con la pieza totalmente seca. Como veis, los colores se ven muy claritos, pero con la cocción (a 1020ºC) se oscurecen bastante.
Os enseño la diferencia entre las piezas crudas engobadas (a falta de las letras y el marco) y ya cocidas:


A partir de aquí ya se trata de aplicar el esmalte, para que con una segunda cocción el acabado final sea vidriado transparente. Aquí surgió una pequeña invonveniencia... Hacía mucho tiempo que no utilizaba los esmaltes cerámicos, y me olvidé de chequear la temperatura de cocción del esmalte transparente. Resulta que mi horno tiene un programa de esmalte estándar a 960-980ªC y este esmalte necesita más temperatura de cocción para conseguir una fusión más uniforme. Así que al ver el resultado, que tenía muchas imperfecciones en la superficie, tuve que realizar una tercera cocción a mayor temperatura, y entonces ya quedó mucho mejor.  Como veréis en esta última cocción aproveché para pegarle con el esmalte mi sello personal de ceramista (ya sabéis que todas las obras de arte ¡hay que firmarlas siempre!).
placa ceramica esmaltada
Para que veáis un resumen de todo el proceso en imágenes, os dejo un pequeño vídeo recopilatorio. ¡Nos leemos pronto!


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